Las frutas de verano siempre llegan en abundancia. Y no es un problema, al contrario, porque son deliciosas y muy apreciadas. Su sabor dulce y refrescante las convierte en las protagonistas de zumos, batidos e incluso ensaladas. Pero, ¿y si pudiéramos disfrutar de ellas durante todo el año? ¡Es posible si las conservamos correctamente!
Deshidratar o hacer mermeladas: dos formas de conservar la fruta
A lo largo de la historia, la deshidratación ha sido uno de los métodos más efectivos para conservar los alimentos.
Otra alternativa deliciosa es preparar mermeladas caseras. Ya sea al estilo tradicional o con la ayuda de una panificadora, hacer mermelada es más fácil de lo que parece. De hecho, muchas personas no saben que las panificadoras también permiten elaborar mermeladas, además de pan casero y artesano.
Para obtener una mermelada con la consistencia perfecta, se recomienda utilizar la misma cantidad de fruta y azúcar. Eso sí, hay que calcular el peso de la fruta sin piel, semillas ni hueso.
Receta de mermelada de melocotón y menta
La combinación de melocotón y menta da como resultado una mermelada única y refrescante. Al hacerla en casa, podemos personalizar los sabores y crear algo realmente especial.
Ingredientes:
- 400 g de melocotón
- 300 g de azúcar
- Zumo de medio limón
- 1 hoja de menta
- 2 cucharadas de agua fría
Preparación:
- Pelamos y cortamos los melocotones en trozos pequeños. Si preferimos una textura más homogénea, podemos triturarlos ligeramente con una batidora.
- Introducimos los melocotones en la cubeta de la panificadora y añadimos el azúcar, el zumo de limón y la hoja de menta.
- Seleccionamos el programa de mermeladas (en la mayoría de panificadoras, suele ser el programa 9) y dejamos que haga el trabajo por nosotros. En menos de dos horas, la mermelada estará lista.
Cómo conservar la mermelada casera
El proceso de conservación es clave para mantener la mermelada en perfecto estado:
- Esterilizar los botes: Antes de rellenarlos, es importante limpiarlos y esterilizarlos bien.
- Envasado en caliente: Vertemos la mermelada caliente en los botes, dejando solo unos milímetros de espacio antes de cerrarlos herméticamente.
- Baño maría: Para una mejor conservación, colocamos los botes cerrados en agua hirviendo durante 10 minutos.
- Si la mermelada contiene azúcar, se puede almacenar en la despensa en un lugar fresco y oscuro. Si tiene poca o nada de azúcar, lo mejor es guardarla en el frigorífico. Otra opción práctica es congelarla, evitando así el proceso de esterilización.
Y así, ¡podremos disfrutar de una mermelada casera con un toque especial durante todo el año! ¿Te animas a probar con otras frutas como higos, ciruelas o paraguayos?